Su restaurante es popular. ¿Y ahora qué?
Lo has pasado todo: la planificación, la inquietud, la apertura suave, la gran apertura, la fase de luna de miel, el bombo, las malas y las buenas críticas. Ahora, una vez que se ha disipado el alboroto inicial y tienes una sólida influencia detrás de tu comida, te das cuenta de que tienes un restaurante popular.
No se trata de un restaurante de moda, sino de un restaurante popular certificado, con potencial de expansión. ¿Qué es lo que hace?
Esto es lo que no debes hacer: no debes dejar pasar la oportunidad.
Al mismo tiempo, no debe vender lo que hizo popular a su restaurante (más adelante se habla de ello). Hay que encontrar un delicado equilibrio entre la ampliación y la apertura de nuevas fuentes de ingresos, sin dejar de ser fiel a la magia inicial que le hizo merecedor del cariño del público. No es una hazaña fácil, pero si tiene éxito, se verá recompensado con una empresa más lucrativa.
Veamos la forma correcta de tratar con un restaurante popular.
Marca registrada
La popularidad viene acompañada de la imitación. Una imitación sutil puede estar bien, e incluso puede ayudar a tu marca (siempre es bueno ser el pionero de un estilo o concepto popular), pero donde se convierte en un problema es cuando otras empresas intentan aprovechar tu éxito con su nombre o marca.
Para registrar su restaurante, tiene que presentar una nueva solicitud de marca, en la que se le pedirá un dibujo o representación de lo que está registrando, además de sus intenciones con la marca. Son unos cuantos cientos de dólares, pero merece la pena por la ventaja legal que te da en las disputas por el nombre y la imagen.
Vender su marca
¿Tiene una marca popular? ¿Por qué no utilizar esa popularidad para abrir una nueva fuente de ingresos, como los artículos de marca? Coge tu logotipo, o simplemente el nombre de tu restaurante, y haz que te impriman camisetas personalizadas para venderlas en tu puesto de camarero o detrás de la barra.
Los productos de marca no sólo aprovechan su popularidad, sino que también la alimentan, ya que cuanta más gente lleva su marca, más icónica se vuelve.
Mantener la calidad
Cuántas veces un restaurador ha mirado un restaurante rentable y ha pensado: “bueno, nadie se dará cuenta si se recortan algunas esquinas”. Se equivoca, se equivoca, se equivoca: la gente sí se da cuenta de ese tipo de cosas, y se corre la voz rápidamente, sobre todo en la era de las reseñas online.
Si tienes que conseguir más dinero, tal vez por un cambio en el precio de mercado de los ingredientes o un aumento del alquiler, sube ligeramente los precios, procurando ser transparente con los clientes sobre las razones para hacerlo. Lo entenderán y pagarán un poco más.
Hagas lo que hagas, no sacrifiques la calidad de tu comida o de tu servicio para corregir la falta de ingresos.
Para llevar
Más allá de estas consideraciones, hay que empezar a pensar en la expansión: cómo abrir un nuevo restaurante que aproveche una nueva base. Pero eso da para otro artículo. De momento, asegúrate de que tu restaurante tiene marca, vende tu marca y se mantiene fiel a tu calidad.