Consejos para la planificación de la recuperación de la pequeña empresa
Es bastante común que quienes crean su propia empresa por primera vez se distraigan un poco con la emoción y, de hecho, con los retos del momento inmediato. Basta con decir que la recuperación de desastres no tiende a ser una de las preocupaciones más urgentes entre la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas en general; la prioridad es salir adelante hoy, mañana y pasado mañana.
Sin embargo, es imposible saber lo que está a la vuelta de la esquina y, con tantas amenazas potenciales acechando en las sombras, es de hecho de crucial importancia planificar todas las contingencias. Desde la pérdida catastrófica de datos hasta el robo, pasando por las inundaciones, los incendios, los terremotos, etc., no hace falta más que un acontecimiento inesperado y extraño para que la pequeña empresa media se ponga de cabeza.
La buena noticia, sin embargo, es que todos los propietarios de pequeñas empresas deberían encontrar relativamente sencillo establecer un plan de recuperación viable.
1. Evaluación de riesgos
En primer lugar, tendrá que pensar detenidamente en qué tipos de catástrofes y escenarios potenciales existen que teóricamente podrían suponer una amenaza para su empresa. Tiene que aislar las amenazas que le afectan, la probabilidad de que se produzcan y el grado de impacto que tendrían en su empresa. Sólo una vez que haya identificado todas las amenazas potenciales, podrá planificar de forma realista una recuperación viable.
2. Priorizar las operaciones
A continuación, hay que pensar en qué funciones y operaciones de la empresa deben tener prioridad en términos de restauración en caso de que usted y su empresa se enfrenten a una catástrofe. Siempre habrá ciertos trabajos y obligaciones que puedan dejarse de lado al menos durante un tiempo, pero otros, en cambio, no pueden permitirse el lujo de ser interrumpidos. Al mismo tiempo que prioriza las operaciones clave, deberá pensar en cómo y dónde podrá continuar con ellas en caso de emergencia.
3. Mitigación y prevención
Cuando se han aislado las prioridades y las principales amenazas, se trata de pensar en cómo se puede prevenir y/o hacer frente a cada una de ellas. Por ejemplo, si lo peor que le puede pasar a tu empresa es una pérdida de datos catastrófica, la respuesta es trabajar con un consultor informático para crear copias de seguridad completas en un lugar seguro y de forma regular. Si, por el contrario, dependes exclusivamente de tu suministro eléctrico, tienes que pensar en cómo volverías a tener energía si el suministro primario fallara.
4. Prueba y revisión
Por último, pero no por ello menos importante, un plan de recuperación que no se pone a prueba suele ser tan útil como no tener ningún plan de recuperación. La razón es que no hay forma de saber si algún elemento del plan será viable cuando se ponga en práctica, por lo que hay que probarlo, analizarlo y revisarlo periódicamente.
Ahora te toca a ti
¿Tiene su empresa un plan de recuperación de desastres y/o de continuidad del negocio? Por favor, comparta con nosotros el impacto de sus planes en el rendimiento general de su empresa.