¿Con qué frecuencia debe formar a su personal?
Permite a los empleados ambiciosos aprender nuevas habilidades que impulsan el rendimiento y ayudan a avanzar en sus carreras, y las empresas que invierten en programas de formación reportan un margen de beneficio un 24% mayor que las que no lo hacen.
A pesar de esta enorme recompensa, muchas empresas siguen sin ofrecer formación, debido al tiempo que les llevaría y a la carga financiera que supone organizarla. Las estadísticas muestran que dos de cada tres trabajadores han cambiado de trabajo por falta de oportunidades de formación.
Teniendo en cuenta los beneficios evidentes tanto para los empleados como para los empresarios, es mucho más probable que su propia empresa prospere si ofrece programas de formación a largo plazo. Pero, ¿qué tipo de formación -y cuánta- debe ofrecer a su personal si quiere que tenga un impacto real?
Capacitación técnica
Si tuviera que elegir entre acudir a un médico que esté al día en su formación médica o a uno que no haya recibido ninguna en años, la decisión sería pan comido. Los trabajadores deben estar al día de los últimos avances en su campo, o corren el riesgo de quedarse atrás. Además, algunos miembros del personal pueden tener áreas débiles dentro de sus funciones que necesitan trabajar, y aquí es donde entra en juego la formación técnica.
Dado que una cuarta parte de los trabajadores afirma que hay un desajuste entre las habilidades que tienen y las que se necesitan para hacer su trabajo, es esencial centrarse con frecuencia en las habilidades técnicas. Lo ideal sería que los empleados recibieran sesiones de formación mensuales para refrescar sus conocimientos y resolver cualquier problema. Estas sesiones deberían complementarse con al menos un curso de formación intensivo al año. Por supuesto, esto no es una ciencia exacta, y es posible que tenga que adelantar inmediatamente las sesiones de formación en determinadas situaciones. Esto puede deberse a una carencia de conocimientos, o a la mejora del rendimiento específico, así como cuando sus empleados deban cumplir nuevas normas de conformidad.
Formación sobre conocimientos de productos y servicios
Los empleados deben conocer a fondo los productos o servicios de su empresa, especialmente los de ventas. Esto les permite comunicarse con mayor eficacia y confianza con los clientes, al tiempo que parecen dignos de confianza y competentes. Por ello, la formación pertinente es crucial para garantizar que el personal esté bien informado sobre los nuevos productos, servicios o características. Las estadísticas demuestran que esto puede mejorar los resultados de una empresa, ya que cada hora dedicada a la formación sobre productos aumenta las ventas en un 5%.
Al igual que con la formación en habilidades técnicas, estas sesiones deben ser lo suficientemente regulares como para que los empleados se sientan al tanto de los cambios en los productos o servicios de su empresa. También es útil ofrecer sesiones centradas en los productos y servicios existentes para refrescar los conocimientos de los trabajadores. Si los profesionales de las ventas no están vendiendo un producto concreto todos los días, necesitarán que se les recuerde cuáles son los productos y qué problemas de los clientes resuelven.
Formación en habilidades blandas
Puede que las habilidades blandas no sean técnicas, pero eso no impide que tengan un valor incalculable, incluyendo atributos como la comunicación, la gestión del tiempo, la solución de problemas y la resolución de conflictos. Estas habilidades pueden ayudar a los empleados a atraer y retener a los clientes, a forjar relaciones más sólidas con los compañeros y a mejorar la toma de decisiones.
Según un estudio de LinkedIn, el 75% del éxito laboral a largo plazo se debe a las capacidades de las habilidades sociales. Sin embargo, en el mismo estudio, se informa de que solo una de cada cuatro empresas afirma que los empleados están satisfechos con la formación ofrecida para mejorarlas.
En lo que respecta a la regularidad de la formación en competencias sociales, las investigaciones demuestran que el número de sesiones no determina su eficacia general. En consecuencia, las sesiones de formación periódicas no son tan esenciales como otros tipos más específicos para una función y un sector concretos.