Razones por las que puede ser el momento de despedir a su administrador de fincas
Para la mayoría de los inversores inmobiliarios, es necesario contratar a un profesional o a una empresa que gestione su propiedad o propiedades.
Cuando se trata de elegir a la persona adecuada para el trabajo, a veces podemos dar un salto de fe. La decisión de contratar a alguien para ayudar al crecimiento de nuestra empresa no siempre se toma tras una cuidadosa deliberación, lo que puede suponer un problema más adelante. Aunque esperábamos contar con los servicios de una empresa o persona que nos prometiera profesionalidad y eficacia, puede ser desalentador que no resulte como habíamos previsto.
Puede ser un problema que afecte a toda nuestra cartera de inversiones inmobiliarias. Por ejemplo, un problema con una empresa en Nueva York puede tener un efecto tangible en los bienes inmuebles de Edmonton.
Entonces, ¿hasta qué punto es crucial asegurarse de que tenemos el administrador de fincas adecuado al frente? En definitiva, puede ser extremadamente importante para su éxito. Si los cinco puntos siguientes le resultan familiares, quizá sea el momento de plantearse un cambio:
Problemas de mantenimiento constantes
¿Un punto obvio? Es muy posible que lo sea, pero ¿cuánta atención está prestando realmente? El principio básico de ser administrador de fincas es gestionar su propiedad. ¿Tiene la casa un aspecto desaliñado desde el exterior?
¿Hay problemas con las instalaciones que han dañado el interior de su casa? Visite la vivienda y compruébelo usted mismo.
Mala comunicación
Pasan días y semanas sin tener noticias de su administrador de fincas. Las llamadas telefónicas no se devuelven y hay una falta de comunicación generalizada. Esto no debería ocurrir nunca.
Transmita sus preocupaciones a su administrador de la propiedad y haga hincapié en la importancia de la comunicación para usted. Si las cosas siguen sin cambiar, puede ser el momento de buscar a alguien nuevo.
Informes incoherentes
Los directivos -de cualquier cargo- deben demostrar la capacidad de organización y la adhesión a la responsabilidad que deben formar parte de su personalidad profesional.
Si no se siente inspirado por un apoyo consistentemente pobre y una falta de detalles en lo que deberían ser informes presentados con frecuencia, esto puede ser una señal de que este administrador de propiedades es simplemente incompatible con sus objetivos de negocio.
No se abordan los problemas
Este es otro punto sencillo, pero que no debe pasarse por alto. Si un administrador de fincas simplemente no resuelve los problemas, ¿tiene sentido pagarle y confiarle la solución de los suyos?
Hay muchas áreas de interés para que un administrador de fincas se aplique. Mantener el barco a flote debería ser lo primero.
Falta de impulso
La mala gestión, la falta de investigación de los inquilinos, la falta de transmisión de información y la falta de organización no suelen ser la marca de un profesional. Estos rasgos pueden indicar, por lo general, una falta de empuje o, en otras palabras, pereza.
¿Realmente quiere que un administrador de fincas poco estimulante e improductivo se encargue de sus asuntos? Nosotros, desde luego, no.